La República Dominicana finalmente logró conseguir un asiento no permanente en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Fruto de una intensa labor de Diplomacia Parlamentaria logramos el consenso necesario de 184 países y de esa manera nos aseguramos un pase para el período 2019-2020, al principal Organismo encargado del mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales.
No es la primera vez que intentamos ingresar al Consejo de Seguridad (CS), habiendo estado cerca en varias ocasiones de conseguir esta proeza. Por lo que cabe preguntar: Por qué esta vez lo logramos y antes no?. Después de todo, RD ingresó a la ONU en el año 1945 como miembro fundador. Es una interrogante que provoca distintas especulaciones y opiniones que no abordaremos ahora.
Hay que considerar un conjunto de factores que lograron alinearse para que obtuviéramos el apoyo de 184 miembros de la ONU. Aquí extraigo dos elementos que considero determinantes:
- Las relaciones diplomáticas con China: Este paso, sin lugar a dudas, constituyó un gran impulso, debido al peso de China en la ONU. Es uno de los miembros permanentes del CS y además ejerce una importante influencia en la región de Asia, África y Latinoamérica, lo que se vio reflejado en la votación.
- Voto de RD en la Asamblea General de la OEA: Aunque con la misma acción nos descalificamos como mediador en el conflicto venezolano, esta posición en la AG de la OEA nos ayudó a conseguir el apoyo de los EEUU y sus aliados, así como otros países de la OEA que condenan el régimen de Maduro. La cercanía de este evento con la votación para el CS logró mantener el ímpetu a nuestro favor, ya que hasta el último momento la posición dominicana con respecto a Venezuela se mostraba ambivalente.
Si tomamos en cuenta estos factores, podemos concluir que ingresar al CS de la ONU no es una cuestión sencilla. No solo basta figurar en la larga lista de países que nunca han ingresado al CS (ver la lista aquí). Hay que ganarse ese puesto. Hay que estar dispuesto a hacer concesiones, y en ocasiones, sacrificar intereses estratégicos. Porque con las dos acciones antes mencionadas prescindimos de la cooperación de Taiwán por un lado, y en el contexto de un aumento de los precios del petróleo, cedimos posibles facilidades financieras para adquirir éste rubro, en el caso del voto contra Venezuela.
Pero si eso fue lo que dimos a cambio, entonces que es lo que ganamos al acceder al CS de la ONU?. Prestigio?. Poder?. Relevancia?. Influencia?. Lo que si esta claro es que a partir de nuestro ingreso en el CS, la RD tendrá en sus manos una importante pieza de negociación. Por lo tanto, nuestros beneficios dependerán más bien del uso que le demos a esa ficha y del rol que queramos desempeñar. Conscientes al mismo tiempo que podemos servir de pivote, dependiendo del lado que nos inclinemos.
Finalmente, considero que el CS no es un lugar para indecisiones, vacilaciones, ni pasividad. RD debe tener en cuenta que la abstención no es una práctica ampliamente difundida en este Organismo. Habrá que fijar posiciones y votar, aún cuando no lo consideremos pertinente. Votaremos a favor de algunas posiciones favorables a China, por el apoyo que nos agenciaron?. O en cambio, le pagaremos a los EEUU con la misma moneda en agradecimiento por su ayuda?. Será interesante observar que sucede cuando se planteen situaciones en donde los intereses contrapuestos de estos gigantes se vean en juego y seamos llamados a pronunciarnos al respecto.