lunes, 9 de noviembre de 2020

El regimen multilateral de inversiones que impulsa la OMC

 


Por regimen multilateral de inversiones debemos entender el conjunto de esfuerzos, políticas y normas que de manera coordinada impulsan los países para facilitar los flujos de IED. Por años la UNCTAD ha sido el foro por excelencia donde los Estados han debatido las políticas sectoriales relativas a inversión. Sus aportes incluyen el Reporte Mundial sobre Inversiones que prepara cada año, y en el cual se analizan las tendencias y posibles trayectorias de los capitales a escala nacional, regional y global.

Para poder captar todo lo que sucede en el regimen de inversiones se necesita una visión holística. De entrada, la pluralidad de elementos que lo componen puede llegar a ser abrumadora. Coexisten en él, más que un solo regimen, varias escalas o niveles de normativas y políticas que confluyen hacia una misma desembocadura: la facilitación de las inversiones.

Un primer piso de este regimen lo constituyen los acuerdos internacionales de inversión. Ahí ubicamos los APPRIs, las disposiciones sobre inversión presentes en tratados comerciales, así como cualquier otro acuerdo de la misma naturaleza, ya sea bilateral o plurilateral. El tratado de la carta de la energía, se destaca dentro de este último tipo, por ser a la vez plurilateral y sectorial.

En un segundo nivel encontramos las normas, principios y disposiciones sobre inversión de amplio alcance, tales como las que promueve la OMC. Esta organización, cuya esfera de acción es el comercio, también ha logrado grandes avances para posicionar el tema de inversión en los debates.

Tradicionalmente la OMC ha regulado la inversión extranjera a traves de dos instrumentos multilaterales: el acuerdo general sobre comercio de servicios (AGCS) y el acuerdo sobre las medidas en materia de inversiones relacionadas con el comercio (MIC). Sin embargo, el abordaje que le dan estos acuerdos a las cuestiones de inversión es insuficiente. El AGCS lo enfoca desde la perspectiva de los servicios, siendo la presencia comercial o "modo 3" desde donde se apalanca el tema de inversión. 

El regimen de inversión extranjera ha evolucionado aceleradamente desde la década de los 80 y 90 que fueron los años en los que se negocio el AGCS. La distancia que ha tomando la materia de la esfera de los servicios es muy notable y aún lo era en el momento en que se discutía el AGCS. 

Por su parte, el MIC solo ha servido como un apéndice de otros acuerdos como el GATT para reiterar o precísar compromisos en materia de trato nacional y restricciones cuantitativas al comercio de bienes, por lo que su incidencia en materia de inversiones es mucho menor de lo que su nombre parece indicar. Este siempre fue concebido como un acuerdo transitorio, como forma de introducir el tema y encaminar una discusión más profunda sobre las inversiones en ese foro multilateral.

Es ahí donde parece que nos encontramos finalmente. Con la reactivación de los trabajos presenciales en la OMC, también ha llegado un nuevo impulso a las conversaciones: la nueva ronda de debates estructurados, con una ambiciosa agenda de cara a la MC12. Para este 2020 quedan reuniones los días 9 y 10 de noviembre y 7 y 8 de diciembre.

Como producto final de estos debates estructurados se espera un nuevo y mejorado marco de inversiones, cuyas líneas centrales posicionen la transparencia y la eliminación de trabas burocráticas que afectan la IED como prioridades. En esta última dirección, los trabajos se erigen sobre la acumulada experiencia del acuerdo sobre facilitación de comercio (AFC), cuya contrapartida será el denominado acuerdo sobre facilitación de inversiones de la OMC (AFI).

El éxito del AFI dependerá del nivel de compromiso de los miembros, cuya matricula actual sobrepasa ligeramente el centenar (105 miembros participan en los debates). Al mismo tiempo, será necesario coordinar y armonizar las políticas, con los esfuerzos que se vienen haciendo en otros foros como la UNCTAD. En una economía globalizada, interdependiente e integrada como la actual, los países que mejor conjuren las ventajas que pueden ofrecer los distintos esquemas que conforman el regimen de inversión serán los triunfadores.

Afortunadamente, como país contamos con las herramientas esenciales que nos servirán de mucha ayuda en los años por venir. Cuando el AFI sea una realidad y comiencen a caer los muros que obtaculizan los flujos globales de inversión, sumado a nuestro regimen de incentivos, seguridad jurídica, estabilidad política y económica, podremos ver como se formará una "tormenta perfecta" para que el país aproveche su potencial de captación de IED. 

jueves, 27 de agosto de 2020

Cerca del punto de inflexión V o L: Las señales del nuevo barómetro del comercio de mercancías de la OMC


A casi seis meses desde que la OMS declaró oficialmente la Pandemia del COVID-19, es conveniente tener un estatus de la situación actual del comercio mundial y las perspectivas a corto y mediano plazo.

El barómetro sobre el comercio de mercancías que es elaborado periódicamente por la OMC, se ha convertido en poco tiempo, en un referente por excelencia para medir la evolución del intercambio de bienes. Su metodología, así como el agregado de datos que captura y su nivel de rigurosidad, permiten al público contar con información precisa, objetiva, y más importante, "en tiempo real" para la toma de decisiones. 

En mayo pasado, el valor agregado del barómetro se situó en 87.6, colocándose a mediados de agosto (publicación más reciente) en 84.5, para una reducción de 3.1. Recordemos que el valor de referencia "normal" del barómetro se sitúa justamente en 100. Aunque en agosto el barómetro llegó a ubicarse en sus niveles históricos más bajos, la pérdida neta es menor que la reflejada en mayo, cuando cayó casi 8 puntos. La reducción menor en el último barómetro pudiera indicar que estamos cerca del piso de la crisis. 

Esa es precisamente una de las variables que plantea la OMC ante la presente coyuntura. Algunos de los indicadores que conforman el barómetro han mostrado mayor resiliencia en la presente crisis. Tal es el caso de los Componentes Electrónicos (92.8) y los Bienes Agrícolas Primarios (92.5), seguidos de cerca por las Órdenes de Exportación (88.4). Dicho sea de paso, éste último componente es el único que muestra en la presente entrega signos claros de recuperación.

Los indicadores que más han resistido los embates de la crisis del COVID-19 pueden estar inclinado la balanza de las estimaciones que hizo la OMC el pasado mes de abril hacía el escenario más optimista (aquí una explicación más detallada). Para ese entonces, la proyección más positiva que hacía la OMC era una caída del comercio mundial en el orden del 13% en el presente año. De continuar la tendencia que viene marcando el barómetro del comercio de mercancías, este año cerraría con un decrecimiento del 14% en el comercio global. Aunque malo de por sí, dista mucho del escenario apocalíptico de -32% que proyectó la OMC en el escenario menos optimista.

Con el último cuatrimestre del año aproximándose y las posibilidades reales de una vacuna contra el COVID-19 a la vista, se pueden inferir algunos escenarios. El primero es que si la vacuna o tratamiento efectivo llega el próximo cuatrimestre, la recuperación también llegaría más temprano. Así algunos de los indicadores más relacionados directamente con las restricciones de movimiento como el Flete Internacional de Bienes (76.5) y la Producción y Venta de Automóviles (71.8), empezarían su ascenso sostenido hacía el valor de referencia de 100. La recuperación, en ese sentido, sería en forma de "V", dónde la caída brusca del comercio mundial daría paso a un restablecimiento igual de rápido para el 2021.

No obstante, subyace la amenaza de una mejoría más lenta e inestable en el intercambio global de bienes, aún en la presencia de una cura o vacuna efectiva contra el COVID-19. La incertidumbre es un factor de mucho peso en estos momentos. Las empresas y actores en el comercio internacional, así como los consumidores, pudieran posponer decisiones de inversión o de compras. La recuperación en ese caso sería más lenta y prolongada (en forma de "L"), con un comercio global en menor dinamismo en comparación al período pre-pandemia.

Resta por ver que nos depara en el próximo cuatrimestre y como cerrará el año. De terminar el 2020 cerca de la proyección más "optimista" planteado por la OMC (caída de un 13% del comercio global), las señales apuntarían a un escenario en "V". La introducción del factor cura o vacuna contra el COVID-19 inyectaría aún más adrenalina a la recuperación.

lunes, 3 de agosto de 2020

En tiempos de Covid-19 la prioridad es preservar la IED



Siendo el 2020 un año atípico, se necesita de mucho ingenio y creatividad por parte de los países para mantener un caudal de Inversión Extranjera Directa (IED) más o menos similar al de los últimos años. La presente pandemia no ha concluido, pero ya el pasado mes de junio la UNCTAD proyectó que los flujos de IED se reducirán en un 40% este año.

De ahí que la meta de "mantener" estable los montos de IED se plantea como el objetivo principal de muchos países. Para tener éxito, se deben promover políticas públicas que hagan más barato, sencillo y favorable dejar la inversión en el país, que retirarla. Hay que tener en cuenta que la inversión extranjera requiere de tiempo, de recursos, y que puede tardar años en producir dividendos.

Las medidas se pueden implementar como parte de un paquete, magnificando así el impacto en el anclaje de la IED. Así, se pueden combinar la reducción de la burocracia excesiva para la instalación de la inversión con los servicios de after-care para los inversores extranjeros. La pandemia también ha brindado la oportunidad de que finalmente se digitalicen los servicios de post-instalación o after-care que son brindados a los inversionistas extranjeros, facilitando la conveniencia de permanecer haciendo negocios en el país.

Es muy importante en ese sentido que los países fortalezcan las capacidades de las Agencias de Promoción de Inversión (API). La digitalización de los procesos y servicios de dichas Agencias debe plantearse con una visión de largo plazo, no meramente coyuntural. Las buenas prácticas de los países más exitosos en atraer y contener la IED nos demuestra los dividendos positivos de haber sido los primeros en virtualizar los procesos y servicios para facilitar las inversiones.

La amenaza del Covid-19 ha hecho que tengamos que re-evaluar nuestras prioridades. Así como a nivel macro los países han dispuesto que lo más importante en este momento es preservar la vida y la salud de las personas, en materia de IED lo primordial en esta coyuntura es mantener la inversión que ya tienen, mientras encuentran formas de atraer otras nuevas.

Sobre este último particular, hay ciertas oportunidades para que podamos aprovechar la recomposición de las cadenas globales de valor. Sin embargo, debemos recordar que los países y regiones donde se encuentran esas inversiones que queremos captar también están tomando sus propias medidas para retener las mismas. Los países más exitosos en captar esas nuevas inversiones, serán los que mejoren el entorno para los que vienen, pero también para los que ya están en el país. 

viernes, 29 de mayo de 2020

El Covid-19 se deja sentir en el Barómetro de Comercio de la OMC

El Barómetro sobre el Comercio de Mercancías de la OMC pasa al rojo como consecuencia de la perturbación del comercio mundial causada por la COVID-19

La OMC publicó hace unos días su más reciente versión del Barómetro sobre el Comercio de Mercancías. El período cubierto por esta medición incluye el mes de marzo del presente año, por lo que distinto a las entregas anteriores de este importante referente, ahora comenzamos a apreciar algunos de los efectos de la pandemia del Covid-19 en lo que son las operaciones del comercio internacional.

El dinamismo del comercio mundial venía en franca decadencia, aún antes de la llegada de la pandemia. Como muestra tenemos lo reflejado en la anterior entrega del Barómetro, cuando de los seis indicadores que se miden en el mismo, solo uno de ellos (producción y venta de automóviles) se encontraba en el justo valor que la OMC toma como referencia de estabilidad (100).

Indicadores Barómetro Comercio de Mercancías, marzo 2020.

Para ese entonces, el Barómetro sobre el Comercio de Mercancías en su conjunto marcó los 95.5, 4.5 puntos por debajo del valor de referencia de 100. Es decir, se encontraba debajo de lo que podemos considerar como manejable, "estable, pero con pronóstico reservado". No obstante, ahora el valor de referencia se ubica en 87.6, lo que quiere decir una reducción de 7.9 puntos, con respecto al Barómetro anterior (que cubría diciembre, 2019) y de unos 9 puntos, en relación al penúltimo Barómetro, que se publicó en noviembre del año pasado.

Vivimos tiempos extraordinarios, la pandemia sin lugar a dudas se encargará de romper ciertos esquemas preestablecidos. Algunos de estos supuestos ni siquiera imaginaban que una situación como la presente llegaría a manifestarse de la forma y profundidad como se ha hecho sentir la pandemia del Covid-19. Como muestra, fíjense en el extremo inferior de los valores de referencia del Barómetro (90 puntos) y como la presente crisis ha roto ya esa barrera, sin que todavía toquemos el verdadero fondo de la crisis.

Indicadores Barómetro Comercio de Mercancías, mayo 2020.

Como podemos observar arriba, todos los indicadores de la presente entrega del Barómetro no solo se encuentran por debajo del valor de referencia de 100, si no que algunos se hayan por debajo de los 90 puntos (Flete Aéreo, Flete de Contenedores y Ordenes de Exportaciones) e incluso hay uno (producción y venta de automóviles) que se ubica inferior a los 80 puntos. Vale mencionar que estos son casos que rompen con los parámetros y precedentes que hayamos visto en la historia del Barómetro sobre el Comercio de Mercancías que prepara la OMC.

Es muy probable que esta entrega del Barómetro comience a marcar un punto de inflexión, delimitando la frontera entre las tensiones comerciales dominadas por la guerra comercial EEUU-China y el Brexit, hacía las turbulencias provocadas por la pandemia del Covid-19. Gracias a que el Barómetro mide "en tiempo real" podemos tener una idea lo más dinámica y fáctica posible de lo que está ocurriendo en el terreno con el comercio internacional.

Algunos de estos indicadores tienen la inclinación a permanecer, al menos en el corto-mediano plazo, por debajo del valor de referencia. Las restricciones de movimiento, el distanciamiento social, las cuarentenas y los toques de queda inciden en el desplazamiento de las personas de un lugar a otro, por lo que la producción y venta de automóviles se ve particularmente impactada.

Estos factores también inciden en la menor demanda de bienes, por lo que empujan hacia abajo las Órdenes de Exportación y el envío de mercancías por aire, mar y tierra, siendo los primeros dos medios de transporte de productos tomados en cuenta para el Barómetro que compila la OMC. En general, la perspectiva es de poco dinamismo, en consonancia con las proyecciones de caída de entre un 13% y un 32% del comercio mundial para este año, como lo expresara la OMC en un estudio el pasado mes de abril.

Resta por observar los efectos del Covid-19 en el comercio de servicios, cuyo respectivo Barómetro queda por ser publicado próximamente. Un estudio especial publicado por la OMC en el día de hoy (29 de mayo) sobre los efectos del Covid-19 en el comercio de servicios revela algunos hallazgos interesantes, que podrían apuntar hacía una mayor digitalización y prestación online de los servicios. Aquí extraigo algunos de estos puntos destacados en el estudio:
  • Los sectores de servicios se han visto muy afectados por la pandemia de COVID-19. Los servicios de turismo, transporte y distribución, por ejemplo, han sufrido como resultado de las restricciones de movilidad y las medidas de distanciamiento social impuestas por razones de salud pública. Al mismo tiempo, la crisis ha puesto de relieve la importancia de los servicios que permiten el suministro en línea, como los servicios de telecomunicaciones e informática, así como el papel de infraestructura más amplio de los servicios de transporte, financieros, de distribución y logística para facilitar el comercio y el crecimiento económico.
  • El tipo y el alcance de los efectos sobre el comercio de servicios varían según el sector y el modo de suministro. El comercio de servicios que involucra la proximidad entre proveedores y consumidores ha sido severamente impedido. El modo 2 del AGCS (es decir, la oferta en el contexto del movimiento de consumidores en el extranjero) y el modo 4 (que implica el movimiento temporal de personas físicas) se han paralizado en gran medida.
  • La crisis está llevando a un mayor enfoque en el suministro en línea en sectores como el comercio minorista, salud, educación, telecomunicaciones y servicios audiovisuales. Los proveedores están acelerando los esfuerzos para expandir sus operaciones en línea y los consumidores están adoptando nuevos hábitos que pueden contribuir a un cambio a largo plazo hacia los servicios en línea. En el futuro, un mayor suministro de servicios a través de redes digitales podría aumentar el comercio a través del modo 1 (suministro transfronterizo).
  • El mayor uso de los servicios en línea durante la pandemia de COVID-19 ha acentuado las disparidades tecnológicas y de conectividad, ya que las clases en línea no son factibles para los estudiantes sin computadoras, y el teletrabajo no es una opción para los empleados sin banda ancha. Los operadores en países desarrollados y en desarrollo suspendieron los límites de datos y aumentaron la capacidad de datos durante la pandemia, y muchos gobiernos emitieron espectro inalámbrico adicional para aumentar aún más la capacidad.
Estas conclusiones que plantea la OMC pudieran indicar que los servicios se encuentran en una fase de adaptación con respecto a la pandemia, lo que en un rango importante ha sido un paso exitoso o "transición" hacía las nuevas tecnologías de la información y comunicación. Es probable que la pandemia haya adelantado los planes de modernización que algunas empresas ya tenían en planos. Sin embargo, es evidente que no todas las empresas o sectores estaban listos o dispuestos a dar el paso hacía el uso de estos instrumentos y solo lo estén utilizando por necesidad o coyunturalmente.

En definitiva, según estos dos estudios publicados por la OMC, se va despejando parte de la nebulosa que cubría, al menos, los primeros días de la pandemia. Para el Barómetro sobre el Comercio de Mercancías, las próximas entregas pudieran estar marcando nuevos récords a la baja, lo que de por sí nos llevaría a preguntarnos si necesitarían de la creación de una nueva categoría o rango dentro propio del Barómetro. Ya veremos.