domingo, 16 de septiembre de 2018

El fin del NAFTA como lo conocemos?



Más de un año ha pasado desde que la administración Trump inició el diálogo con sus pares de México y Canadá para renegociar el NAFTA. Este acuerdo de libre comercio tiene más de dos décadas de existencia y su adecuación fue una de las promesas de campaña del entonces candidato a la presidencia Donald Trump. La idea de que el NAFTA tiene parte de la culpa del desbalance comercial y la perdida de los empleos del sector de manufactura estadounidense continuaba gravitando en el centro del debate, con la consiguiente presión e influencia en la mesa de negociaciones.

Ya este mes fue anunciado el tan esperado desenlace. Hay un acuerdo, al menos preliminar, entre EEUU y México, pero sin Canadá. Esto deja varias interrogantes (se quedó Canadá fuera?). Pero primero concentremos nuestra atención en lo que ha sido pactado por EEUU y México.

  1. Reglas de Origen: Así es, vienen normas de origen más estrictas para los productos manufacturados. Es la forma de EEUU de obtener doble ganancia: evita que terceros fuera del área de libre comercio se beneficien del trato preferencial, y a la vez, aumenta el contenido estadounidense de las exportaciones mexicanas. 
  2. Autos: En la negociación del NAFTA los automóviles fueron sometidos a estrictas normas de origen y requisitos. Igual ahora, pero con un enfoque a la actualización (realmente se necesitan reglas para los tocacasettes?). En cuanto a los gravámenes, EEUU accedió a otorgarle el mismo tratamiento bajo la OMC (arancel de 2.5%), a los autos provenientes de México, si son hechos en fábricas que ya existen. Esto deja la posibilidad de aplicar mayores aranceles (20-25%) si los autos no cumplen las normas de origen y son hechos en fábricas nuevas.
  3. Dumping Laboral: Algo verdaderamente novedoso es la implementación de mayores aranceles a ciertos productos, si los mismos no provienen de una "área de alto salario", definida como una localidad de sueldo mínimo por hora de US$ 16. Tomando el caso anterior, para que un vehículo se beneficie del trato preferencial, 40% de sus componentes deberán venir de un área de alto salario. De esa forma, EEUU se asegura una mayor tajada del comercio intra-regional evitando a la vez que México incurra en "dumping laboral", haciendo más competitivas sus exportaciones a costa de la reducción de los derechos de sus trabajadores.
  4. Comercio Electrónico: Cuando se negoció el NAFTA el internet no se encontraba lo suficientemente desarrollado. Desde entonces, hemos vivido la era de la revolución digital, Amazon ha pasado de vender libros a ser el mayor "retailer" en línea y una de las compañías más grandes del mundo. hace 25 años no existía Google, ni Facebook, ni Instagram, ni Whatsapp, ni los teléfonos inteligentes. Hoy en día, estas plataformas y el comercio electrónico son una realidad y se espera que en los próximos años el volumen de transacciones comerciales que utilizan estas plataformas aumente a niveles exhorbitantes. Naturalmente, esto hizo que el comercio electrónico fuera objeto de especial atención en las conversaciones.
  5. Solución de Diferencias Inversionista-Estado: EEUU y México dentro de un paquete de medidas, acordaron reemplazar el texto de la Sección 11B del NAFTA que hace alusión al Arbitraje Inversionista-Estado, con un requisito que implica primero agotar todos los remedios internos y luego esperar 30 meses para acceder al mecanismo de Solución de Diferencias Inversionista-Estado. Además, se discuten dos temas adicionales: primero, si finalmente el Estado debe "validar" nuevamente su consentimiento al arbitraje, en caso de que sea planteado por el inversor; y segundo, si se limita el mecanismo de solución de controversias únicamente para los casos de expropiación o violación al principio de trato nacional o de nación más favorecida.
Como vemos, sea o no este el final del NAFTA, nos deja varias interrogantes e inquietudes. Una de ellas tiene que ver con Canadá. Como el acuerdo fue finalizado con México, en un esquema "bilateral", lo que EEUU está tratando de hacer es obligar a Canadá a sentarse en la mesa de negociación, teniendo como premisa los acuerdos alcanzados con México. Canadá sabe muy bien las implicaciones de este pre-acuerdo, pero ya ha expresado que no necesariamente tiene que plegarse al mismo. En el peor de los casos, podría mantenerse en el "NAFTA Viejo", mientras EEUU y México no le den termino, o en dado caso, desempolvar el TLC bilateral con EEUU. Pero esta última opción no parece recomendable, dada la naturaleza de dicho Acuerdo (pre-NAFTA) y su obsolescencia propia de más de 30 años. Cualquier camino que escoja Canadá, de ahora en adelante, deberá tener en cuenta estos factores.

Hablando de opciones, ahora nos toca analizar las alternativas de República Dominicana en este nuevo contexto y ante la realidad de un cambio en las reglas de juego en el comercio norteamericano. Una de las preocupaciones de EEUU fue evitar que se colaran terceros, dígase China, en la región NAFTA. Ellos le llaman "Free Riders", a aquellos que les gusta comer, beber y disfrutar de la fiesta, sin pagar un centavo. En este caso, son los países que disfrutan de las preferencias comerciales que no fueron negociadas con ellos, y que gracias a reglas de origen laxas pueden incrementar su comercio dentro del NAFTA sin mayores dificultades.

Lo que nos lleva a la siguiente conclusión: debemos ser bien cautelosos con China. Las relaciones con China y un mayor acercamiento será beneficioso a mediano-largo plazo. No obstante, EEUU tiene muy en la mira estos movimientos, en un tablero geopolítico caribeño bastante complejo, con una guerra comercial de trasfondo. La situación se tornará más sensible, en la medida que comiencen a establecerse aquí empresas chinas, tomando el DR-CAFTA como trampolin para llegar a EEUU. Ahí veremos que tan lejos está dispuesto a llegar el gobierno de Trump para detener el avance chino. La experiencia del NAFTA puede que nos dé una muestra de ello.