La OMC publicó hace unos días su más reciente versión del Barómetro sobre el Comercio de Mercancías. El período cubierto por esta medición incluye el mes de marzo del presente año, por lo que distinto a las entregas anteriores de este importante referente, ahora comenzamos a apreciar algunos de los efectos de la pandemia del Covid-19 en lo que son las operaciones del comercio internacional.
El dinamismo del comercio mundial venía en franca decadencia, aún antes de la llegada de la pandemia. Como muestra tenemos lo reflejado en la anterior entrega del Barómetro, cuando de los seis indicadores que se miden en el mismo, solo uno de ellos (producción y venta de automóviles) se encontraba en el justo valor que la OMC toma como referencia de estabilidad (100).
Indicadores Barómetro Comercio de Mercancías, marzo 2020.
Para ese entonces, el Barómetro sobre el Comercio de Mercancías en su conjunto marcó los 95.5, 4.5 puntos por debajo del valor de referencia de 100. Es decir, se encontraba debajo de lo que podemos considerar como manejable, "estable, pero con pronóstico reservado". No obstante, ahora el valor de referencia se ubica en 87.6, lo que quiere decir una reducción de 7.9 puntos, con respecto al Barómetro anterior (que cubría diciembre, 2019) y de unos 9 puntos, en relación al penúltimo Barómetro, que se publicó en noviembre del año pasado.
Vivimos tiempos extraordinarios, la pandemia sin lugar a dudas se encargará de romper ciertos esquemas preestablecidos. Algunos de estos supuestos ni siquiera imaginaban que una situación como la presente llegaría a manifestarse de la forma y profundidad como se ha hecho sentir la pandemia del Covid-19. Como muestra, fíjense en el extremo inferior de los valores de referencia del Barómetro (90 puntos) y como la presente crisis ha roto ya esa barrera, sin que todavía toquemos el verdadero fondo de la crisis.
Indicadores Barómetro Comercio de Mercancías, mayo 2020.
Como podemos observar arriba, todos los indicadores de la presente entrega del Barómetro no solo se encuentran por debajo del valor de referencia de 100, si no que algunos se hayan por debajo de los 90 puntos (Flete Aéreo, Flete de Contenedores y Ordenes de Exportaciones) e incluso hay uno (producción y venta de automóviles) que se ubica inferior a los 80 puntos. Vale mencionar que estos son casos que rompen con los parámetros y precedentes que hayamos visto en la historia del Barómetro sobre el Comercio de Mercancías que prepara la OMC.
Es muy probable que esta entrega del Barómetro comience a marcar un punto de inflexión, delimitando la frontera entre las tensiones comerciales dominadas por la guerra comercial EEUU-China y el Brexit, hacía las turbulencias provocadas por la pandemia del Covid-19. Gracias a que el Barómetro mide "en tiempo real" podemos tener una idea lo más dinámica y fáctica posible de lo que está ocurriendo en el terreno con el comercio internacional.
Algunos de estos indicadores tienen la inclinación a permanecer, al menos en el corto-mediano plazo, por debajo del valor de referencia. Las restricciones de movimiento, el distanciamiento social, las cuarentenas y los toques de queda inciden en el desplazamiento de las personas de un lugar a otro, por lo que la producción y venta de automóviles se ve particularmente impactada.
Estos factores también inciden en la menor demanda de bienes, por lo que empujan hacia abajo las Órdenes de Exportación y el envío de mercancías por aire, mar y tierra, siendo los primeros dos medios de transporte de productos tomados en cuenta para el Barómetro que compila la OMC. En general, la perspectiva es de poco dinamismo, en consonancia con las proyecciones de caída de entre un 13% y un 32% del comercio mundial para este año, como lo expresara la OMC en un estudio el pasado mes de abril.
Resta por observar los efectos del Covid-19 en el comercio de servicios, cuyo respectivo Barómetro queda por ser publicado próximamente. Un estudio especial publicado por la OMC en el día de hoy (29 de mayo) sobre los efectos del Covid-19 en el comercio de servicios revela algunos hallazgos interesantes, que podrían apuntar hacía una mayor digitalización y prestación online de los servicios. Aquí extraigo algunos de estos puntos destacados en el estudio:
- Los sectores de servicios se han visto muy afectados por la pandemia de COVID-19. Los servicios de turismo, transporte y distribución, por ejemplo, han sufrido como resultado de las restricciones de movilidad y las medidas de distanciamiento social impuestas por razones de salud pública. Al mismo tiempo, la crisis ha puesto de relieve la importancia de los servicios que permiten el suministro en línea, como los servicios de telecomunicaciones e informática, así como el papel de infraestructura más amplio de los servicios de transporte, financieros, de distribución y logística para facilitar el comercio y el crecimiento económico.
- El tipo y el alcance de los efectos sobre el comercio de servicios varían según el sector y el modo de suministro. El comercio de servicios que involucra la proximidad entre proveedores y consumidores ha sido severamente impedido. El modo 2 del AGCS (es decir, la oferta en el contexto del movimiento de consumidores en el extranjero) y el modo 4 (que implica el movimiento temporal de personas físicas) se han paralizado en gran medida.
- La crisis está llevando a un mayor enfoque en el suministro en línea en sectores como el comercio minorista, salud, educación, telecomunicaciones y servicios audiovisuales. Los proveedores están acelerando los esfuerzos para expandir sus operaciones en línea y los consumidores están adoptando nuevos hábitos que pueden contribuir a un cambio a largo plazo hacia los servicios en línea. En el futuro, un mayor suministro de servicios a través de redes digitales podría aumentar el comercio a través del modo 1 (suministro transfronterizo).
- El mayor uso de los servicios en línea durante la pandemia de COVID-19 ha acentuado las disparidades tecnológicas y de conectividad, ya que las clases en línea no son factibles para los estudiantes sin computadoras, y el teletrabajo no es una opción para los empleados sin banda ancha. Los operadores en países desarrollados y en desarrollo suspendieron los límites de datos y aumentaron la capacidad de datos durante la pandemia, y muchos gobiernos emitieron espectro inalámbrico adicional para aumentar aún más la capacidad.
Estas conclusiones que plantea la OMC pudieran indicar que los servicios se encuentran en una fase de adaptación con respecto a la pandemia, lo que en un rango importante ha sido un paso exitoso o "transición" hacía las nuevas tecnologías de la información y comunicación. Es probable que la pandemia haya adelantado los planes de modernización que algunas empresas ya tenían en planos. Sin embargo, es evidente que no todas las empresas o sectores estaban listos o dispuestos a dar el paso hacía el uso de estos instrumentos y solo lo estén utilizando por necesidad o coyunturalmente.
En definitiva, según estos dos estudios publicados por la OMC, se va despejando parte de la nebulosa que cubría, al menos, los primeros días de la pandemia. Para el Barómetro sobre el Comercio de Mercancías, las próximas entregas pudieran estar marcando nuevos récords a la baja, lo que de por sí nos llevaría a preguntarnos si necesitarían de la creación de una nueva categoría o rango dentro propio del Barómetro. Ya veremos.