martes, 12 de mayo de 2020

La trampa de Tucídides y la cura del Covid-19


Mientras la pandemia del Covid-19 entra ya en su tercer mes, gran parte de la humanidad comienza a sentir los efectos del cansancio producto de las medidas de confinamiento y toques de queda. A lo interno de los países, los gobiernos se encuentran en la encrucijada entre el mantenimiento o relajamiento de dichas medidas. Algunos hablan de "nueva normalidad", mientras llega una vacuna o tratamiento efectivo para la enfermedad.

Al mismo tiempo que eso sucede en el plano internacional se libra una carrera, tanto de velocidad como de resistencia, para hallar una cura efectiva. Europa, los EEUU y China se encuentran a la vanguardia en términos de investigación y pruebas de posibles vacunas. 

Estos esfuerzos emprendidos por las principales potencias del mundo, garantizan que la lucha por una cura definitiva no caerá a un segundo plano, en la medida de que las personas se adapten al status quo, como ha sucedido por ejemplo con el Ébola. Aún cuando se reduzca la mortalidad y la incidencia de los casos, las potencias (al menos EEUU y China) continuarán en la búsqueda de una vacuna.

La pandemia del coronavirus con la consecuente competencia de EEUU y China por una cura ha puesto de relieve, una vez más a la "trampa de Tucidides". Graham Allison, historiador y politólogo americano explica que la "trampa de Tucídides" se manifiesta cuando una potencia naciente amenaza con desplazar a otra que se encuentra establecida, lo cual conduce inevitablemente a una confrontación.

Si bien es cierto que la relación EEUU-China en los últimos años se ha deteriorado, desembocando en un conflicto comercial abierto, la llegada de esta pandemia ha provocado señalamientos muy fuertes y acusaciones directas de responsabilidad en la propagación del virus. Este es un fenómeno que debe ser estudiado desde la perspectiva que plantea Allison.

Ambas potencias tienen un interés especial en encontrar la vacuna. China, por como ella misma se ve reflejada en el exterior: el país donde se originó el coronavirus (EEUU se lo recuerda a cada rato), y por otro lado los EEUU: para mostrarse como el país que resolvió (una vez más) un problema que el mismo no creó. Entonces, para China la carrera de la cura es un tema de imagen-país y para los EEUU es un tema de reafirmar su espacio como superpotencia científica, muy en el estilo de las carreras nucleares y espaciales de la guerra fría. 

Mientras esa contienda geopolítica se desarrolla, la humanidad guarda la esperanza de que muy pronto se encuentre una cura o tratamiento efectivo para el Covid-19, sin importar de donde venga o quien lo descubra. Si al final lo hace EEUU, China, Europa u otro país, como sea será bienvenido. Lo ideal fuera que todos los países colaboraran entre si, haciendo sinergias y compartiendo los recursos para así aunar esfuerzos encontrando una solución en el corto plazo. Lo más constructivo en este contexto sería que EEUU y China eviten caer a lo más profundo de la trampa de Tucídides.

2 comentarios:

  1. Hay rumores de que China tiene la cura, ya no hay fallecidos ni nuevos infectados desde los últimos 20 días

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  2. Lamentablemente los lideres politicos prefieren anteponer sus intereses antes que la vida de la mayoria (el pueblo), viendo a los afectados como simple estadistica. Realmente el ''Projecto humano'' a crecido pero tiene mucho que mejorar;sin embargo, actitudes egoistas como quien obtiene la cura primero para conseguir beneficios, no declarados pero reales, ese tipo de cosas no es algo nuevo.

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